Corrupción en Chichén Itzá: Denuncian venta de «paquetes especiales» para que extranjeros puedan subir a pirámides

Se dio a conocer que el director de Chichén Itzá y los guías de turistas venden boletos reciclados y paquetes de 5 mil pesos a extranjeros para ingresar fuera de horarios oficiales al sitio

MÉRIDA, Yucatán.- Este miércoles, el sitio web reporteindigo.com dio a conocer una red de corrupción que existe desde hace casi 10 años alrededor del sitio arqueológico de Chichén Itzá.

De acuerdo con su reportaje, Andrés Morgan Medina, coordinador del Colectivo Nacional de Guías de Turismo y presidente de la Unión de Guías de Turismo Acreditados de la República, denuncia la venta de boletos reciclados para ingresar a la zona arqueológica, así como la venta de “paquetes especiales” por cinco mil pesos.

Explicó que por esa cantidad los turistas tienen acceso a Chichén Itzá en horarios no oficiales y se les permite la entrada a espacios restringidos por razones de preservación, como son, subir e incluso entrar a la pirámide de Kukulkán.

Según indica Morgan Medina estás prácticas se hacen con el conocimiento de Antonio Sánchez Ramírez, director del lugar.

El reportaje afirma que los “paquetes especiales” se adquieren de manera ilegal a través de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encargadas del lugar en colusión con algunos guías, y las cuales no son registradas de manera oficial.

“Quienes realmente permiten esto son los funcionarios del INAH. Y así es en todas las zonas arqueológicas. Son los custodios, el director de la zona e incluso hasta el área administrativa de la misma”, denunció Morgan Medina.

Señaló que ya han denunciado dichas prácticas ante las autoridades locales como federales, pero ha sido complicado probarlo.

Secreto a voces

Ante esto, de manera anónima, una fuente indicó a Novedades Yucatán que esa actividad se realizaba antes de la pandemia y era un secreto a voces “todo mundo lo sabía”.

Explicó que esto se empezó hacer porque los turistas ya veían la zona arqueológica como un “Disneyland”, lleno de vendedores por todos lados lo que los desanimaba a entrar a Chichén Itzá.

“Lo que querían era disfrutar y admirar el sitio sin la cantidad de afluencia que se registraba, por lo que los custodios y algunos guías de turistas comenzaron a implementar esa practica, esto, también para ganarse una propina extra.